19/10/09

Inglourious Basterds o Todos los nazis son maricas: la comedia del año

Tuvimos la oportunidad de ir a un cine barato (de precio) a ver la más reciente entrega del señor Tarantino y fue lo que esperábamos, una película más de Quentin Tarantino (y esto no es necesariamente malo). Esta es una película que ridiculiza en exceso a los nazis y los pinta de flores silvestres. Describimos a continuación algunos de los personajes importantes de la historia y los recursos de Tarantino para construir su western europeo.
Goebbels es un misógino marica que se tira a su copine con mucho esfuerzo mientras ella gime falsamente; en la mesa apenas tolera la opinión de una mujer.
El coronel Hans Landa (sin duda el mejor durante todo el film) se emociona tanto de tener al teniente Aldo Raine bajo custodia que salta, ríe y aletea como una mariposa en el valle encantado, listo para jubilarse después de traicionar a sus compatriotas. Además, ¿recuerdan el tamaño de la pipa que fuma? Sí, colosal.
Hitler se ríe como retrasado, jadeante, al ver a un soldado, que también es marica pero tan joven que aún no lo descubre, empuñar su RIFLE y disparar a todos lados y matar sorprendentemente a más de trescientos soldados enemigos.
La escena más conmovedora es, naturalmente, en el cine cuando Hitler le dice a Goebbels que la película ha sido “su mejor película”; Goebbels, el brazo derecho de Hitler, llora como una niña perdida en el bosque mientras Hitler babea por lo que ve en la pantalla. Ahora, nos preguntamos qué demonios hacía ese brazo derecho de Hitler. Tarantino dijo que no quiso mostrar más pero por favor, todos vimos sus expresiones de éxtasis puro, además estaban en un maldito palco… en el cineee.
Los recursos de siempre: despachar en un chasquido a personajes importantes de la historia (Hugo Stiglitz), tomas en cámara lenta, diálogos sarcásticos y eternos pero entretenidos, los homenajes a cineastas de la época, división de la historia en segmentos.
Sí, nos gustó Inglourious Basterds y creemos que es una muy buena película mientras se entienda que a Tarantino no hay que tomarlo tan en serio. Vayan a verla y de paso anotan los nombres que aparecen en la programación del cine de la francesa judía (y recuerden ese vestido rojo por el resto de sus vidas), son clásicos como G.W. Pabst y Leni Riefenstahl que nosotros no hemos visto pero que dicen son imprescindibles, sobretodo Pabst. Por ahí se asoma también Le Salaire de la Peur (que apareció en pantallas en el ’53), un clásico del francés Henri-Georges Clouzot. Así pues esperamos con ansias la que seguro será la obra maestra de Mr. Tarantino, Machete.

Apostilla – se nos pasó hablar de Brad Pitt aunque no hay mucho que decir: es el líder, habla pésimo italiano, no muestra sus pectorales y le mete el dedo a una alemana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario